Siguiendo la iniciativa de María y Susana (Tránsito inicial y El tiempo nos ha dicho) me decido a revelar unos cuantos portales y aprovecho la ocasión de mi último viaje a París donde estaba segura de encontrar y revisitar algún tesoro escondido. Me suelo alojar en un apartamento en el centro, lo que me permite ir andando a casi todas partes. Parece exagerado decir que en una ciudad tan grande como París está todo a un tiro de piedra, pero no olvidemos que soy una turista más y, salvo alguna curiosidad o capricho, suelo callejear las zonas típicas y tópicas, y en esta ocasión no dio para mucho más. Tampoco he encontrado grandes hallazgos, pero aquí os enseño mis revelaciones.
En el Boulevard Beaumarchais me llamó la atención esta puerta con una cabeza de jabalí en su dintel, quizá denotaba el antiguo alojamiento de alguna sociedad destinada a la caza??
En seguida nos encontramos con la Plaza de los Vosgos, es un recorrido que me gusta hacer habitualmente porque me encanta el ambiente de esta zona. En esta ocasión descubrí que esta plaza, donde se encuentra la casa de Víctor Hugo, es la antesala del barrio de Le Marais, muy de moda en los últimos años.
Entrando por un patio está la sede de la firma Issey Miyake, de la cual me gusta ese ladrillo caravista en contraste con el ambiente tradicional del entorno. La entrada es una delicia, una sencilla puerta con media docena de escalones previos ¿cómo serán los interiores? je ne sais pas...
Junto a la anterior y en una esquina de esta plaza cuadrada, dos portalones con un vestíbulo en medio, coronado por un cupulín de escayola dan paso a un grande y silencioso patio (me atrevo a decir que renacentista) lleno de verde y hiedra, que pertenece a un maravilloso palacete cuyo nombre desconozco. Fantástico! pero este tema pertenece a otro capítulo.
La plaza de los Vosgos es porticada, dicen que la más antigua de París, y en sus soportales aloja unos comercios muy atractivos, muchas galerías de arte y unas cafeterías de capricho.
Dejando atrás el Quartier de Le Marais y el Beaubourg, en la rue Saint-Honoré, cerca del Louvre, descubro esta discreta puerta, si no por su color, sí por su tamaño y por la ausencia de detalles, pertenece a una finca de viviendas normal y me gustó mucho el número.
Y ya como fin de este recorrido, nos vamos de shopping por el Boulevard Haussmann, donde sin buscarlos podemos tropezar con edificios señoriales, con entradas de los más variados colores y portales de todos los tamaños, ocupando hasta dos plantas.
Preciosos todos ¿verdad? pues sigo, porque recordé que de un viaje anterior a Marruecos me llamaron la atención sus puertas y se me ocurrió rescatar algunas imágenes al hilo del tema. Así que damos un gran salto geográfico y nos plantamos en Marrakech y Essaouira.
Hay para todos los gustos. Espero que hayáis disfrutado con esta propuesta tan original de Susana y María, yo lo he hecho.