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viernes, 11 de junio de 2010

Bueno, qué ¿volvemos?

A pasear por los zocos llenos de cosas interesantes y exóticas que traer...

 
A visitar la arquitectura característica de aquella zona con esa decoración geométrica e inánime...

 
A cruzarse con gente, turistas y autóctonos, que miden el tiempo de una forma tan diferente a nosotros...

 
Por cierto ¿quién sabe lo que es esto de aquí abajo? Una pista: en el riad, el arquitecto propietario había diseñado muchas cosas...

 
La SEMANA MARROQUÍ ha llegado a su fin, vuelta a larutina diaria.

jueves, 10 de junio de 2010

Essaouira: el mar...

Essaouira supuso un respiro en la SEMANA MARROQUÍ, por lo pronto una bajada de 15 o 20º de temperatura y ¡ropa de manga larga!

Es una ciudad pequeña, con una extensa playa, con un puerto precioso, un casco histórico peatonal, amurallado, muy cuidado, con tiendas tradicionales y mercados por todas partes, galerías de arte, almonedistas y anticuarios con artículos envidiables.

Un sitio turístico de referencia para los europeos y para aficionados al windsurf. Me pareció muy atractiva la costa típicamente atlántica que se divisa desde el paseo de la Skala de la Ville, con las Islas Mogador al frente.


De todo el pueblo, me quedo con el puerto y su lonja, el movimiento de barcos y pescadores, la descarga y compra-venta de pescado, las gaviotas enormes volando a nuestro alrededor, los arcaicos y rudimentarios astilleros...


Un lugar envidiable para cualquier aficionado a la fotografía.
 


Era fácil, tan sólo seguir la filosofía de donde pongo el ojo pongo el objetivo.

Un pueblo a tener en cuenta, ideal para pasar un par de días.

miércoles, 9 de junio de 2010

Bóvedas y lucernarios

Sigo con la SEMANA MARROQUÍ, que estamos en el ecuador.
Me dio por fotografiar techos, preciosos!!!
Esta cúpula pertenece a la Koubba Almorávide. Hay un conjunto monumental que no hay que perderse: la Koubba, el Museo Marrakech, la Medersa Ben Youssef y la Mezquita Ben Youssef. Todo juntito. La Mezquita no se puede visitar.
La Koubba, del siglo XII, fue descubierta a mediados del siglo pasado, mientras tanto estuvo enterrada. Servía para las abluciones de una mezquita próxima, hoy desaparecida, y está rodeada de unas celdas que servían para la higiene del pueblo: cisternas, duchas, lavabos y letrinas.

La Medersa Ben Youssef es una antigua escuela coránica con capacidad para 900 estudiantes en la que el tiempo se repartía entre la oración y el estudio del libro sagrado. Este lucernario corresponde a la parte de la residencia, donde las minúsculas celdas se reparten alrededor de un montón de patios como éste, en dos plantas cada uno. Impresionantes los trabajos en madera de los frisos.


El Museo Marrakech, tremendo, es un palacio de 2.000 metros cuadrados, construido en el siglo XIX. Más que la colección que alberga, lo que realmente vale la pena es el edificio. Respecto a las bóvedas, a mí me llamaron la atención tanto las más modestas como las más suntuosas. La primera imagen es de una de las salas de calderas.
 

Los hammams


Hasta los pasillos...


Las estancias más humildes...

 ...y las más nobles. Todas ellas con sus faroles colgando.

El Palacio Bahia fue construido a finales del siglo XIX para un visir, se desarrolla en una sola planta y tiene 160 habitaciones, numerosos patios y jardines y 8 hectáreas de parque. Me fijé en una reja que cubría el lucernario de uno de los pasillos y una trabajadísima bóveda rematada en una linterna. Es sólo una selección.
Me está encantando revivir aquel viaje...

martes, 8 de junio de 2010

El riad: Dar el Qadi



Un punto importante en la SEMANA MARROQUI es el alojamiento. Yo tenía claro que me quería alojar en un riad, en lugar del típico macro-hotel turístico a pensión completa, en la ciudad nueva o en las afueras, que me los imaginaba como un pastiche de decoración falsa y presuntuosa. Los riads podrían asemejarse a lo que aquí son hotelitos con encanto. Son viejas casas señoriales, ubicadas en las tortuosas calles de la Medina, con poquitas habitaciones, y restauradas y reconvertidas en coquetonas casas de hospedaje.

Gracias a una buena amiga, yo me quedé con el Dar el Qadi, con una buena página web y cuyo propietario es un arquitecto holandés, Quentin Wilbaux, que incluso ha diseñado parte del mobiliario.

Esta casa perteneció a un astrónomo y nosotros optamos por alojarnos en una de sus habitaciones personales, la Douiria, cuyo salón presidía un precioso lucernario octogonal, fácil de abrir mediante un ingenioso sistema de poleas.

Los desayunos eran copiosos, buen servicio y limpieza y las amas de llaves siempre estaban dispuestas a recibirnos con un té marroquí. Hasta tuvimos ocasión de degustar una fantástica cena "sur demande" a la luz de las velas, aquí la veis en la segunda foto, mmmhh, qué buena estaba... XD.


Curioso era que en medio de todo el escándalo del zoco y la Medina, dentro de los muros del riad sólo se oyesen los pájaros y los muecines cantando sus jaculatorias. La más absoluta paz...

domingo, 27 de septiembre de 2009

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