¿Cuántas veces os habéis encontrado con una columna/pilastra/pilar colocada en un sitio incómodo de la pared de la habitación? Y enseguida pensamos: ¿A qué arquitecto se le ocurrió semejante cosa? Bueno, no siempre se puede evitar, y si lo pensamos bien, no es tan difícil asumir "eso" que parece una chapuza.
En la
cocina, pillada en
Achados de Decoração, se ha revestido de madera la columna, en combinación con el estante alto y la encimera, así sirve de separación manifiesta entre la zona de fuegos ubicada en el paño más estrecho y el resto de la bancada. Ambas "mitades" se han tratado de forma diferente, pintando de lila la izquierda, a juego con las sillas del office y dejando el alicatado blanco para la derecha. La vertical tan cortita viene de cine para centrar la campana extractora de humos, independizando visualmente las funciones.
En definitiva, se ha creado un juego estético de verticales y horizontales, de colores y de materiales que integra el elemento distorsionador haciendo olvidar lo que era un problema.
En esta estancia, encontrada en
Sanctuary, se ha jugado con la
complicidad del zócalo de madera lacada. Sobre un fondo empapelado, se ha tratado la columna con el mismo acabado que el resto de paredes: enlucida y pintada. El zócalo sobresale hasta el frente de la pilastra creando una repisa, de este modo el paño con entidad de pared es el de la derecha, el más ancho, dejando que el más estrecho funcione como mobiliario.
Forma de terminar la habitación: en la parte de la izquierda yo colocaría estantes de cristal de grosor suficiente para soportar libros o elementos ornamentales. La parte de la derecha servirá para centrar en ella el mobiliario principal de la habitación, la cama en el caso del dormitorio, mesa+sillas en el caso de un comedor... Un gran fallo: la situación de la lámpara colgante, es necesario reubicarla buscando el nuevo centro de la sala.
En el uso del papel pintado con muestra o estampado similar al que se muestra es muy importante que el dibujo quede centrado, tanto en el paramento ancho como en el estrecho. Vale la pena desperdiciar algo de papel en este empeño, porque cualquier fallo en este sentido va a echar a perder la intención de disimular el fallo de la presencia del pilar.
En casos como estos dos es mucho mejor integrar el fallo destacándolo, parece una incongruencia pero funciona: se le da una imagen diferente al resto de la pared y con ello estamos indicando que no nos molesta su existencia, incluso nos conviene.