Cuando
Emily llevó a cabo el lavado de cara de este baño "sólo" tenía tres hijos, lo ideó para ellos y para algún amiguito invitado. Ahora van a ser nada menos que cinco hermanos, y mientras los peques crecen, a los mayores les da tiempo a amortizar el fantástico
new look que lograron sus papis.
El reto era poder conseguir un ambiente en el que se encontraran a gusto tanto niños como niñas. Para ello recurrieron a un
tono neutro general basado en la gama de los amarillos tostados en combinación con el siempre exitoso blanco.
Hay que decir que no se trata de una reforma, no cambiaron los sanitarios ni el mueble lavabo, simplemente renovaron la cortina, pintaron las paredes y aprovecharon un espejo que tenían de otra habitación.
El resto es debido a los complementos: ganchos de ikea, unos números graciosos para que nadie se despiste, unos albornoces nuevos, una planta natural... y orden,
mucho orden, todo hay que decirlo.
Y la
joya de la corona de toda la idea, sinceramente, son esos tres preciosos cuadros que cuelgan sobre el inodoro y que están realizados por cada uno de los pequeños usuarios de este baño. Para ello,
Emily, escogió unos colores adecuados al ambiente que quería crear y les hizo dibujar sobre unos lienzos. El resultado es así de
fresco y
espontáneo, todo un
acierto.
Yo, de lo que más dudo es de lo que les pueda durar la pintura en un baño utilizado por cuatro críos, a pesar de que, aunque no se vea, las paredes de la bañera están revestidas de material plástico. Pero es que los charcos y salpicaduras... uff...
Me encanta cómo les ha quedado.
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