En esta tan maravillosa como inútil chaiselongue. Sí, inútil, porque el único papel que juega es el ornamental, a ver quién es el guapo que se sienta ahí, sin respaldo ni nada, en reunión con familiares y amigos. Obviamente es para tumbarse... que para eso es una chaiselongue, siempre que no se sea un visitante sin confianza...
Sin embargo, me encanta la combinación de colores utilizada, blanco, turquesa, verde, toques de fucsia... la luz que entra, la tapicería, los cojines de rulo en los extremos...
Unas últimas observaciones: yo colocaría este mueble en una habitación de invitados, para utilizarlo como sofá de estudio alternativamente a como cama y, por supuesto, yo colgaría la pareja de cuadros.