Para aprovechar el sol de invierno y las playas del verano, se ha acondicionado este pequeñísimo apartamento en la planta alta de una casa tradicional situada en el Algarve portugués.
Sencillez, sobriedad, modestia, tranquilidad, naturalidad, mesura, serenidad... son palabras que se me ocurren a la hora de describir lo que me sugiere este ambiente, en el que con unos acertados toques de color se logra el punto exacto de alegría que requiere un lugar de vacaciones.
El apartamento es en sí mismo una sola estancia. A través de una atractiva puerta roja enmarcada en añil, se accede a un espacio dividido en tres cuerpos: cocina+baño, comedor+escalera+dormitorio improvisado y salón-estar. El cuerpo central aprovecha la altura de la cumbrera para construir un altillo de madera de pino que alojará el dormitorio principal.
Nada se deja a la improvisación. Combinaciones de colores que para mí hubiesen sido impensables -fucsia+rosa+rojo+naranja o añil+turquesa+celeste- crean un conjunto armonioso que invita al zanganeo y al relax.
Mucho mueble ikea por toda la casa, sofás convertibles que multiplican el aforo, la misma tela utilizada tanto en el armario como en las ventanas, troncos decorativos, maderas en techos y particiones... mucho orden y simpleza es lo mínimo imprescindible para dar calidez y crear un hogar, mencionando el famoso slogan. ¿Qué me decís del separador hecho a base de listones...?
La cocina se ha decorado de forma muy práctica, sin apenas armarios y con casi todo a la vista. Está claro que en vacaciones no queremos hacer grandes despliegues gastronómicos. Se han utilizado azulejos en turquesa+rojo+marfil únicamente en el frontis buscando el aspecto más tradicional y marinero, a la vez que económico.
La parte baja de la escalera, junto al comedor, se aprovecha para crear un rincón con doble función: por el día es un rincón de lectura y por la noche un posible dormitorio mediante el sillón convertible complementado por el armario.
El altillo alberga un amplio dormitorio principal, cuya cama, siguiendo los criterios de economía y sencillez que rigen el resto de la vivienda, se ha diseñado como un tatami con unos palés de madera lijada y pulida.
Finalmente, en el baño, una vuelta más a lo natural con el espejo y las baldas, se han aprovechado restos de los azulejos de la cocina en blanco+rojo y como lavabo se ha utilizado el mueble Lillången de ikea que tanto me gusta.
Si necesitáis unas vacaciones, esta casa y otra igual de bonita se pueden alquilar, ¡ya me contaréis!