Jamie tenía un perro que, a pesar de haber crecido, seguía utilizando la jaula de cuando era cachorro para acurrucarse. Ante la expectativa de que este hecho se convirtiese en permanente, surgió la necesidad de buscar una solución para conciliar la convivencia entre dueño y mascota.
Es en ese momento cuando, en un alarde de imaginación y respetando el rincón del que el perro se había apropiado, Jaimie decidió crear la mesa-jaula, con materiales tan accesibles como unos tableros de madera, unas planchas de plexiglás, unas patas de Ikea y unas cuantas herramientas.
El resultado es un mueble tan logrado como este, compartido al alimón por ambos, con una estética muy atractiva, mezclando las líneas rectas de siempre, las patas puntiagudas de la estética de los 50 y el guiño de los agujeros de respiración taladrados de forma espontánea.
Mucho mejor que la jaula ¿no?
Qué imaginación, me quedo asombrada.
ResponderEliminarNuestras casas deben evolucionar y esa jaula no se podía quedar ahí para siempre. Es un paso adelante.
ResponderEliminarHola: Lo del perro está bien ideado, pero lo que me ha encantado ha sido el tuneo del bote de paté. Ese ya te lo he copiado y como tu tutorial está hecho de maravilla cuando lo publique en mi blog ¿te importa si pongo tu enlace para que lo vean?Un saludo desde Burgos
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