Fati, hace algunos años y leyendo "los cuadernos de Don Rigoberto" de Mario Vargas Llosa, cuyo personaje principal da título a la novela, descubrí uno secundario, Fonchito, apasionado hasta la locura de Schiele y -con él- de ese patrimonio de la erótica. Desde entonces, cada vez que oigo ese nombre es inevitable el recuerdo del libro.
El pintor, dramático. Incluso atormentado en su realismo. Como la vida. Gracias por esta entrada.
Cuanto más lo miro, más me gusta, hay líneas que parece que las haya trazado tan acertadamente a la primera, sin levantar el carbón del lienzo... Gracias a tí, Azul.
Fati, hace algunos años y leyendo "los cuadernos de Don Rigoberto" de Mario Vargas Llosa, cuyo personaje principal da título a la novela, descubrí uno secundario, Fonchito, apasionado hasta la locura de Schiele y -con él- de ese patrimonio de la erótica. Desde entonces, cada vez que oigo ese nombre es inevitable el recuerdo del libro.
ResponderEliminarEl pintor, dramático. Incluso atormentado en su realismo. Como la vida.
Gracias por esta entrada.
Cuanto más lo miro, más me gusta, hay líneas que parece que las haya trazado tan acertadamente a la primera, sin levantar el carbón del lienzo...
ResponderEliminarGracias a tí, Azul.