Me ha llamado la atención que, en la pared, lo que está decorado es la parte de arriba, a la altura del dintel de la puerta se ha continuado la moldura de madera lacada y se ha empapelado la parte superior a modo de zócalo invertido.
Lo usual, lo común, lo que se nos ocurre a todo el mundo, es hacer un friso convencional desde el suelo hasta media altura, para proteger la pared de los roces de los muebles, pero esta opción tiene otra función: la de variar visualmente la altura del techo, según la combinación de colores que utilicemos lograremos que un techo bajo parezca más alto -colores oscuros abajo- y viceversa.
Independientemente de la anécdota del zócalo alternativo, se me ocurre que este rinconcito podría pasar muy fácilmente por un apacible rincón de lectura. Lo tiene todo: la butaca, la mesilla, la lámpara, una estantería... y a devorar libros.
tienes razón, muy curioso..pero encantador!
ResponderEliminargracias por compartir!
un abrazo, Olga