La he rescatado de fres·home y me ha gustado de ella su forma compacta, la sencillez de sus lineas y ese guiño a su sustentabilidad imposible, intentando en vano apoyarla sobre un plano vertical -necesita, está claro, de las dos patas pseudo-invisibles que lo suplementan-
Desde cierta perspectiva, me recuerda a la mesa Tulip, de 1956, de Eero Saarinen, cuyo clon tenemos en la Docksta de Ikea.
Mención aparte merece el ambiente. Es una cocina con vocación de comedor-salón gracias a varios puntos:
- la combinación sobria y neutra de colores amenizada por el omnipresente amarillo de esta temporada.
- la iluminación cálida y puntual de los focos de cristal.
- la utilización de visillos de suelo a techo matizando la luz exterior.
- el uso del papel pintado, presente de una forma moderada, en el rincón de office.
Sin duda, es una combinación de elementos con éxito asegurado.
Me ha encantado
ResponderEliminarHasta las sillas tienen un aire nórdico a las Hormiga de Jacobsen. Este espacio es una aplicación del estilo nórdico que se sale del todo-blanco tan visto. Me gusta mucho.
ResponderEliminarMe encanta, es super original!!
ResponderEliminarMuuack
http://durabilite.blogspot.com/
Es ideal la mesa y lo que la rodea!
ResponderEliminarBuen finde guapa!