Esta sala es absolutamente impensable en los pisos de hoy en día, tan pequeñitos y tan ajustaditos ellos, sin embargo traigo esta imagen porque me llama la atención por dos motivos: la combinación bicolor realmente original y esa composición de cuadros.
Los colores azul azafata y la gama de morados forman un tandem completamente arrebatador y elegante, muy señorial, a la vez que arriesgado y valiente. Apuesto por este juego siempre que no se abuse de él, son tonos que pueden cansar si se prolongan en el tiempo y en el espacio.
El segundo argumento es ese conjunto de cuadros vintage, colgados aleatoria y anárquicamente sin medir separaciones, un grupo heterodoxo de pinturas con o sin marcos, sobre distintos soportes, cuyo único denominador común es el tema floral. Lienzos estampados sobre una amplia pared lisa. Unos cuadros sin valor económico, adquiridos en cualquier mercadillo con la única justificación del "porque sí" o "porque me gustan".
A destacar también... la dualidad de flores entre la alfombra y la pared, separadas por la línea horizontal fucsia del diván... la gradación morado-fucsia-azul... las flores figurativas frente a las flores esquemáticas, los toques de amarillo...
Nunca sabe uno en donde va a encontar el estilo!!!
ResponderEliminarLo bonito es mezclar lo que tiene más valor económico con lo que tiene menos y hacerlo brillar de la misma forma, porque no por ello tiene que ser peor o más feo, sólo hay que tener ojo y gusto, claro, para hacer la elección perfecta.
ResponderEliminarBesitos,
Yésica.
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Estoy de acuerdo!! hay persona que tienen un arte para hacer mezclas que te dejan boquiabierta.
ResponderEliminarSolo voy a decir que me encantaaaa!!!!!!!!
ResponderEliminarAy!!!!! ese diván!!!!!!!!