Me parece un escenario entrañable y bucólico, confortable e ideal para acoger una tarde de charla antes de que anochezca. Yo diría que es un viejo establo recuperado al que se le ha hecho un lavado de cara rápido y económico.
Como mesa central se ha utilizado una rueda de molino apoyada sobre un antiguo sillar y el conjunto se ha ubicado sobre una improvisada alfombra de cantos rodados. El pavimento son unas artesanales baldosas de barro dispuestas en seco, cualquiera lo podemos montar, como si de un puzzle se tratase. La única obra de albañilería que se ha realizado han sido los poyos que nos servirán de asiento y que se han terminado con unas colchonetas y unos cojines que hacen el papel del respaldo.
Detalles clave son:
- los troncos de árbol que se pueden utilizar como improvisadas mesitas auxiliares,
- el candil que servirá para iluminar la tertulia si se presenta animada,
- la fila de piedras que se ha colocado como remate del suelo,
- los colores en tonalidades piedra con el contraste del burdeos,
- ese viejo cuadro sin ningún valor económico, por lo que no nos molesta que se estropee a la intemperie pero por el cual sentimos algún tipo de atracción...
Y como no nombrar esa techumbre inclinada de madera que se adivina en el ángulo superior izquierdo, y el paraje natural rodeado de árboles en pleno proceso de caída de la hoja.
Créditos: Aguja y ganchillo.
pues si, yo tambien me quedaria en ese lugar!
ResponderEliminarun abrazo, Olga
Hola Fati!!! me vas a tener que perdonar, pero hasta hoy no leí tu saludo !!! Soy muy despistada, jolines!! Me ha dado un subidón cuando he visto tu carita en el blog!!!
ResponderEliminarCómo estás?? Bueno, ahora ya no te pierdo la pista!
Un abrazo.
Olga, Elvira, gracias por pasar por aquí!!!
ResponderEliminarAy! es genial! muy bucólico! me encanta!!!
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