Este magnífico rincón de lectura y en su butaca con reposapiés de estilo sueco, años 50.
Dan ganas de ponerse a leer al solecito, con esa luz que entra, y con un cesto al lado, repleto de revistas de decoración.
El suelo de tablas en blanco es fantástico, pero lo que más me hechiza es el contrapunto de maderas, la oscura de mi butaca favorita con el resto lacado en blanco.
El suelo de tablas en blanco es fantástico, pero lo que más me hechiza es el contrapunto de maderas, la oscura de mi butaca favorita con el resto lacado en blanco.
Lo he visto en freshome.
tienes razon invita a sentarse...y lo que mas me gusta de estas casas es el alfeizar de las ventanas ...para poner mas trastitos...jejje
ResponderEliminarun abrazo, Olga
Precioso, la verdad, a mí lo que me encantan también son las ventanas, pero esos contramarcos y puertas me tienen alucinadas, y que anchura!
ResponderEliminarTienes razón, esa butaca es preciosa! También me encantó el cojín, y el hecho de que haya tanta luz en esa habitación... Se antoja para el relax.
ResponderEliminarSaludos!
Me encanta el suelo de madera blanca, lo use recientemente para uno de mis proyectos de la escuela, y algún día lo tendré en mi casa...! espero !
ResponderEliminarMe gusta tu blog, te sigo y te invito al mío !
Un beso !
La verdad es que las casa nórdicas son especiales, quizá sean las pocas horas de luz que tienen durante casi todo el año, lo que provoca esa obsesión por el blanco y por los grandes ventanales. Los alféizares tan anchos son mejores todavía si las ventanas son correderas o de guillotina, para no tener que quitar todos los trastitos cada vez, ;-)
ResponderEliminarQué despejado se ve todo!!!! Me encanta, aunque los rincones de bibliotecas oscuras de casas inglesas, también me chiflan...... Soy una pura contradicción,jajaja
ResponderEliminarAunque ahora de cara al verano, esa estancia.....ay!!!!
Fíjate, Maria Jesús, que dices que se ve todo despejado y está lleno de trastos por el suelo, eso es debido a la luz, a los colores claros y, por supuesto, a la amplitud del espacio, que minimiza el trasterío.
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