En esta tan maravillosa como inútil chaiselongue. Sí, inútil, porque el único papel que juega es el ornamental, a ver quién es el guapo que se sienta ahí, sin respaldo ni nada, en reunión con familiares y amigos. Obviamente es para tumbarse... que para eso es una chaiselongue, siempre que no se sea un visitante sin confianza...
Sin embargo, me encanta la combinación de colores utilizada, blanco, turquesa, verde, toques de fucsia... la luz que entra, la tapicería, los cojines de rulo en los extremos...
Unas últimas observaciones: yo colocaría este mueble en una habitación de invitados, para utilizarlo como sofá de estudio alternativamente a como cama y, por supuesto, yo colgaría la pareja de cuadros.
Muy bonito pero poco práctico. Comparto tu opinión, en una habitación de invitados, incluso en un distribuidor o vestidor quedaría de vicio.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Hay cosas preciosas pero inútiles. Apoyado en una pared sería menos arriesgado. A ver si te va a dar un ataque de risa y de la emoción te pegas un trapajazo del tres...
ResponderEliminarA mi esta estancia, más que un salón de vivienda, me parece la sala de un showroom, el escenario de una agencia publicitaria, de modelos... donde posar, recibir... unas oficinas de esas de campanillas.
ResponderEliminarpues si, yo tambien colgaría los cuadros...pero la chaselong me encanta!...te puedes tumbar , sentarte por los dos lados....en fin tiene su que...
ResponderEliminarun abrazo, Olga
Pues yo lo usaría para jugar lotería con mi hijo, arrodillados él por un lado y yo por el otro... O a las escondidillas con el más pequeño con el juego de ´"on tá bebé?... aquí taaaaá!!!"... Recargadito a la pared sí sería más útil. A mí lo que gustó fueron los cuadros y ese sillón turquesa.
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