viernes, 24 de septiembre de 2010

Un aseo en un armario

Me he encontrado este armario habilitado como cuarto de aseo. Esto no es una novedad, estamos acostumbrados a sacar metros de donde no los hay y a inventar habitaciones imposibles y no por ello menos necesarias.
Lo que me ha llamado la atención es la estética, la decoración... voy a comentarla: las paredes están pintadas en el mismo tono que el dormitorio al que sirve el aseo, eso y el suelo de parqué dan continuidad a ambos espacios y los integran. Al no haberse optado por el revestimiento con alicatado, se ha resuelto muy bien el tema de las salpicaduras de agua mediante el frontis de la misma piedra de la encimera. El lavabo, de tamaño mínimo y suspendido es la elección ideal porque resulta ligero a la vista y cumple de sobra su función. Para una ubicación tan singular se ha optado por aprovechar ambos lados del ángulo, en uno se ha colocado un espejo de anticuario y en el otro se ha huido de la grifería convencional instalando un caño largo a pared. No faltan los detalles de los complementos de toallero y portarrollos ni la lámpara clásica y elegante suspendida del techo. Mención especial para el fantástico zócalo blanco de altura intermedia que da el último toque de distinción a la reforma.
No hay reforma pequeña que no merezca cuidar el más mínimo detalle.

3 comentarios:

  1. Alucino con el ingenio para sacar habitaciones de dónde se supone que no hay espacio. Chapó!

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  2. Hola guapisima!!! Es una idea genial!!!! La verdad es q para ser un espacio tan pequeño resulta precioso y práctico.

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  3. Lo que no dije es que esta opción no siempre es fácil y posible, hay que contar con las instalaciones necesarias lo suficientemente cerca, sobre todo las de evacuación de aguas. Por lo demás, es una gran idea.

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Dime, dime...

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