Entre tanto clasicismo y tradición, escondido por las callecitas del barrio medieval de Bolonia, me encontré este edificio que me llamó la atención.
Sus líneas rectas, su estilo racionalista, sus colores grisáceos y blancos -ya necesitados de un lavado de cara-, sus alusiones al maestro Le Corbusier... La serie de balcones en columna es una anécdota maravillosa, la única concesión a la curva junto a los pilares redondos, y ese excesivo voladizo que incita a asomarse en su pretil es una chulada, al igual que la combinación del antepecho de obra, continuación de la losa, con las barras horizontales de los laterales.
Lo podéis encontrar a espaldas de la elitista Galleria Cavour, centro comercial construido en la Via Luigi Carlo Farini, entre los años 1948-1960.
Viva la valentía y la osadía!
Podemos releer este artículo en F*g! arQuiteQturas, publicado el 14 de octubre de 2011.
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